lunes, 2 de agosto de 2010

Las cosas pierden identidad cuando él las toca, cuando él las visita, cuando él existe cerca. Mi subjetividad y mi imaginación habían hecho un pacto diabólico para volverme completamente loca. Necesitaba verlo nuevamente, pero como una droga: por el momento estaba satisfecha, no quería pedir más, no quería tener una sobredosis (ni pecar de gula, en todo caso). Eso es EL: una droga. Necesito, me da. Necesito, me da. Necesito, no esta. ¿Qué hago?Necesito. ¿Y qué más? N e c e s i t o. Necesito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario