domingo, 3 de abril de 2011


Dame la mano, a oscuras, a ciegas. No pienses de dónde vienes, no sientas quién eres, lo que importa es que estás aquí. No sé tu nombre, tampoco es importante. Te pondré de nombre Charlie, por ejemplo. No hace falta que sepas quién soy, tampoco lo que quiero, sólo trátame como me merezco. Apártame los mechones de pelo que nublan mis ojos, quiero ver los tuyos. Bésame la mano, sé un caballero y arrodillate. Pero haré que te levantes. Vuelve a estrecharme la mano, esta vez no dirás nada, no pensarás nada. Si has seguido bien las instrucciones, sólo querrás besarme ♥.

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