jueves, 15 de julio de 2010


Muchas veces me pregunto: ¿pensará en mi tanto como yo pienso en él? ¿O pensará al menos la mitad de lo que yo me dedico a pensar en él? Me gustaría saberlo. En realidad, me gustaría saber que piensa en mí, no esa verdad aplastante que me asegura que yo no tengo espacio para su mente en ningún rincón. No quiero saber la verdad, por que sé que él no piensa en mí. Entonces, sí se la verdad, pero prefiero imaginar aveces, que en algún momento del día un pensamiento fugaz cruza sus neuronas y le arranca una sonrisa, recordando algo que una vez le hizo gracia cuando estaba conmigo. Como consecuencia, piensa en mí. Ahora mismo yo estoy pensando en él. Quiero que piense en mí. Quiero que al menos sienta una pequeña parte de lo que yo siento, para que se de cuenta del daño que causa sin quererlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario